Los prebióticos y los probiótico están ligados con la microbiota intestinal, recordando que esta misma es un conjunto de bacterias que colonizan el intestino y que nos ayudan a la reabsorción de alimentos y a la modulación del sistema inmunológico, teniendo un papel muy importante en el estado de salud y en el rendimiento deportivo de un deportista.

Sintetizando, los prebióticos son el alimento propio de esas bacterias vivas que tenemos en el intestino, para poder continuar con su ciclo vital.

Por otro lado, los probióticos son esos mismos microorganismos vivos, cepas concretas con un efecto positivo en el huésped.

Teniendo claro que la flora intestinal determina el estado de salud del deportista y su rendimiento, esta se puede ver afectada por la propia genética; factores como el estrés; tratamientos con antibióticos (que en el mundo del deporte se utilizan para paliar los tratamientos traumatológicos y al no ser selectivos pueden dañar y alterar la flora intestinal); incluso el propio ejercicio físico de alta intensidad modifica esta flora; pero, la nutrición modifica el 100% de la flora intestinal.

En consecuencia, no solo podemos emplear estos los prebióticos y probióticos para la mejora del deportista bajo una mágica fórmula farmacéutica, si no que, por ejemplo, los prebióticos los podemos obtener de la fibra que mayormente lleva los alimentos de origen vegetal, y, asimismo, los probióticos mediante alimentos fermentados como puede ser el yogur natural, el kéfir, etc…

Teniendo en cuenta la influencia de la alimentación en nuestra flora intestinal, con el fin de no ver mermado nuestro rendimiento y nuestro sistema inmunitario, se hace precisa una intervención clínica nutricional así como un correcto aprendizaje nutricional con el fin de adquirir conocimiento relativo a los alimentos que pueden mejorar nuestra flora intestinal.